martes, 6 de diciembre de 2011

Cursa a Peu al Raval de Gandía; sigue la gira asfaltera

Original dorsal el que lucíamos en esta carrera
Para esta semana extraña, con tanta fiesta por medio pero tan mal distribuida, el planteamiento era seguir con el volumen de carga introduciendo poco a poco las sesiones de calidad y, además, empezar a probar si las buenas sensaciones de estos meses empiezan a traducirse en mejores tiempos y, sobre todo, mejores sensaciones en carrera. El inicio de todo ello, el pasado domingo en la Volta a Peu Fallera, fue muy ilusionante con seis kilómetros y medio a un ritmo muy bueno y con cierta comodidad. Después de ello, con la Media Maratón de la Vall de Sego en el horizonte para este domingo, me había planteado la inscripción en la Cursa a Peu al Raval de Gandía como una tranquila rodada por asfalto de once mil quinientos metros a un ritmo tranquilo para disfrutar de la compañía de la multitud de gente que estaba inscrita. Sin embargo el aplazamiento de la Media del domingo me abría el horizonte a buscar nuevamente unos ritmos alegres para seguir comprobando la progresión. Sin embargo al final decidí no forzar más de la cuenta y salir a rodar durante cerca de una hora a ritmos entre 4.40 y 4.50, todo ello con la certeza de que el volumen acumulado durante la semana anterior y ayer mismo seguramente pasarían factura antes o después.
Con un planteamiento claro de cómo afrontar la carrera cogía el coche en compañía de Rubén sin necesidad de madrugar por una vez ya que la prueba empezaba a las 11.30, después de una larga serie de carreras para niños. Después de un agradable viaje por tierras valencianas nos plantábamos en Gandía y directos hacia la zona de recogida de dorsales, en pleno corazón del Raval. Y aquí nos esperaba una verdadera odisea con la organización desbordada por la gente y con un planteamiento no demasiado acertado en este punto de la carrera. A decir verdad es el único pero que puedo ponerle a la organización pero creo que deberían tenerlo muy en cuenta para futuras ediciones porque la gente estaba bastante mosca con esta circunstancia que, incluso, ha obligado a que la prueba diese comienzo con retraso. Con el dorsal ya en nuestras manos nos dirigimos de nuevo al coche para acabar de prepararnos para la carrera y ya de vuelta nos ubicábamos en la zona de salida para esperar el inicio de la prueba.

Primeros metros de la carrera.
Toca remontar posiciones
Finalmente se da la salida y me llevo la primera sorpresa desagradable. Creía haberme puesto en una zona no demasiado retrasada para evitar lo ocurrido en Valencia el domingo pero la salida no se ubicaba en el arco donde se encontraba el cronómetro sino en el siguiente. Evidentemente ello me obligaba de nuevo a tener que sortear a multitud de corredores en los primeros compases de la carrera. Nuevamente me encuentro con el problema de gente que se ubica demasiado adelantada en la salida y ello provoca ciertos momentos de tensión e, incluso, de peligro.
En fin, tras poner el crono en marcha en el momento de pisar la alfombra de activación de mi chip empiezo a buscar el ritmo deseado algo que se hace complicado por la circunstancia arriba descrita. De todas formas, entre una multitud de gente que sigue la carrera vamos dando cuenta de estos primeros metros tratando de ir adelantando gente aunque sin obsesionarme más de la cuenta. El recorrido tiene una primera vuelta que nos volverá a dejar en la línea de salida de algo menos de cinco mil metros, siendo este primer tramo el que personalmente más me ha gustado a pesar de ser el que más dificultades plantea a la hora de buscar un ritmo constante por su constante callejeo y algún que otro repecho en la zona del río. Este primer tramo de cinco kilómetros lo completo con los siguientes parciales: 4.48, 4.46, 4.45, 4.40 y 4.35. Las sensaciones iniciales son las adecuadas sin tener nunca la sensación de ir asfixiado, antes al contrario con la certeza de tener más ritmo en mis piernas. Sin embargo, a pesar de la progresión durante estos primeros cinco kilómetros en todo momento tenía claro el objetivo y el no querer ir más allá.
Iniciada la segunda vuelta, la larga, de unos siete kilómetros el ritmo continuaba siendo el mismo. Los primeros kilómetros de la segunda vuelta eran casi calcados al inicio de la carrera, transcurriendo por los mismos tramos que éste aunque alargando siempre un poquito en relación al inicio. Una vez abandonado el cauce del río es cuando cambia el trazado y nos dirigimos a la zona nueva del recorrido, que a la postre será la más dura. Pero no adelantemos acontecimientos. Hasta el kilómetro nueve todo transcurre sin mayores sobresaltos. Eso sí, sobrepasado el kilómetro seis en un parcial de 4.29, creo que es el momento de bajar ligeramente el ritmo me reubico en ritmos de 4.45, ritmo que mantendré sin ninguna dificultad en los tres siguientes kilómetros, hasta el nueve (4.44, 4.44 y 4.45). Sin embargo ya en el tramo de ida que lleva desde el siete al nueve me da la sensación de que la vuelta será complicada, con un terreno picando ligeramente hacia arriba y con el viento en contra. Y en efecto, no sé si debido en mayor medida a un problema de cabeza o porque el terreno era tan complicado como parecía, el caso es que el kilómetro diez lo hago en 5.07, ritmo que se mantiene durante parte del once.

Entrada en meta con un recuerdo siempre presente
Finalizado el tramo mencionado parece que el terreno se suaviza y, sobre todo, el viento en esta zona más protegida se atenúa significativamente. Ello me permite recobrar un ritmo similar al anterior pese a lo cual el parcial del once todavía marcará 4.52. Sin embargo el ritmo ya ha recobrado la alegría anterior y decido, ahora sí, en el escaso medio kilómetro que queda hasta meta, apretar el paso y tratar de recuperar parte del terreno perdido. Enseguida, tras un par de repechos durillos aunque cortos aparece la recta final donde todavía con fuerzas hago algo parecido a un sprint para acabar en un tiempo de 54.26, tiempo que mejora ligeramente la previsión inicial , con un último tramo a ritmos de 4.11.
Resumiendo... personalmente las cosas siguen progresando adecuadamente como se dice ahora. Siguen las buenas sensaciones y el entrenamiento sigue asimilándose. En cuanto a la carrera, y salvando el descontrol de la entrega de dorsales, organización más que aceptable, un bonito recorrido y mucho cariño de un barrio hacia esos invasores ocasionales.
Acabo con los habituales enlaces... el domingo la Cursa de Nadal de Bétera.


Engañoso perfil el que aparece en Wikiloc
Pd.- ¿Rubén?. Sigue sus progresos. Hoy ha sufrido pero creo que el resultado es ilusionante y, no olvidemos, sufriendo también se aprende.

2 comentarios:

Trapatroles dijo...

Sigue así, por el asfalto.
Leo que vas a Bétera, allí estaré aprovechando el fin de semana en mi Valencia, viendo a la familia.
El único que verás del club Marathón Cartagena, seré yo.
Saludos de un valencià en el exilio.

Tinyo dijo...

Pues a ver si puedo verte y charlamos un rato. Pero que conste que lo des asfalto es temporal, la montaña no la olvido. Saludos.