martes, 9 de octubre de 2012

XXVIII Volta a Peu a Meliana; acumulando kilómetros


XXVIII Volta a Peu a Meliana
En esta entrada no pienso aburrir al personal con mis historias personales (en concreto, temas laborales); simplemente comentar, de pasada, que las cosas van de mal en peor y que, desgraciadamente me declaro incapaz de apartar ese aspecto del día a día. Y digo esto, no como excusa, pero sí como factor que en cierta manera justifica mi sensación actual de que estoy entrenando más que nunca y de que, pese a ello, el progreso no acaba de satisfacer mis perspectivas. Igual estoy apretando más de la cuenta y eso también influiría en esa falta de resultados, pero tengo el convencimiento pleno de que si las cosas a nivel de trabajo fueran mínimamente bien ahora estaría hablando de otra manera y con unas sensaciones más que buenas. Dicho lo cual, acaba la fase lamentaciones y/o justificaciones y voy a intentar relatar con cierta alegría estos días pasados desde la última entrada.

Ha pasado demasiado tiempo desde aquella entrada, que correspondía al relato de mis aventuras por tierras de Vilafranca y su Entreparets que tan buen sabor de boca me dejaron. La semana posterior a la misma fue una sucesión de entrenamientos, en general, bastante buenos y que dejaron buen sabor de boca, incluyendo los dos primeros con el Grupo de Entrenamiento que la organización de la Maratón Divina Pastora de Valencia (la ya famosa MDP en Facebook) ha puesto a nuestra disposición. La verdad es que se ha montado un grupete majo y las dos sesiones de la primera semana fueron muy productivas. Cómo agradezco, e imagino que será algo bastante común al resto de los corredores esos entrenamientos en compañía. Y ahora puedo dar gracias de que durante alguna de esas sesiones tengo la posibilidad de hacerlo en compañía de este grupo o de los queridos Rocafort Runners que tan bien me han acogido. El caso es que la semana de marras, la que iba del 24 al 30 de Septiembre fue buena en general con un solo pero; la rodada del sábado dejó en mí secuelas en forma de dolorosa ampolla en el lateral del empeine del pié derecho y ello me "obligó" a abandonar mi cita con el Trail de Alpuente, cosa que me dolió en el alma a pesar de actuar como creo debía hacerlo.

Parte de los esforzados integrantes del largo del domingo;
parece una foto promocional vete a saber de qué
Y llegaba esta semana, semana de mucha carga de trabajo y a ello me puse. A pesar de las molestias del pie, la semana se saldaba con unos ochenta kilómetros de rodadas en distintas formas y condiciones pero con sensaciones agridulces. A unas buenas sesiones se le unían otras menos buenas y, sobre todo, el no poder acabar la del jueves en las condiciones previstas porque, vaya usted a saber el porqué, el cuerpo dijo basta a falta de un kilómetro para finalizar la última de las series y hasta ahí llegó. Pese a ello, descartada la Aragón Sur para poder seguir centrado en el asfalto, el sábado salía una buena rodada con gente de los Rocafort Running, dieciocho kilómetros de rodaje suave pero bien aprovechados, y el domingo hacía el largo con gente también de Rocafort para completar veinticinco kilómetros a ritmos similares a los del sábado aunque en los últimos seis o siete las piernas notaron el esfuerzo de los días anteriores y me tocó bajar ligeramente la marcha. Por cierto, muy curiosa la sensación de rodar contracorriente cuando en plena sesión por el río nos topamos de frente con los cuatro o cinco mil participantes de la Carrera per la Salut, del CrM Valencia. Y así acababa la semana para empezar otra, la actual con un día de merecido descanso que daba paso al martes, Nou d'octubre, día de la Comunitat Valenciana...

No sabemos con certeza cuál es el origen de Meliana. Por un lado puede ser romano, derivado de una antigua Villa Aemiliana, que, como todas las villas romanas se habría convertido en una alquería. Pero por otro lado ese origen podría ser árabe ya que en la Mauritania de César había un lugar denominado "Milianàh" de donde se supone que llegarían los grupos fundadores. Además, al norte de Africa, un río de Tunez y una ciudad del macizo del Atlas se denomina "Miliana". En cuaqluier caso, también hay quien defiende que el nombre de Meliana viene del primer señor feudal que tuvo la población después de la reconquista.
En cualquier caso, Jaume I conquistaría estas tierras en 1238 y del suceso de la Batalla del Puig quedó recuerdo en Meliana con la construcción de la Ermita de la Misericordia, en cuya puerta existía un retablo de azulejos que se trasladó posteriormente al nuevo ermitorio y que llegó a su punto más crítico con la expulsión de los moriscos en 1609.
Como curiosidad destacar que los dos otros núcleos urbanos actuales de la localidad, Nolla y Roca, tienen la consideraciónd e barrio desde 1900. Los orígenes del barrio de Nolla se remontan a 1860, cuando el industrial catalán Miquel Nolla i Bruixet instaló "Mosaicos Nolla" en la antigua "Alqueria dels Frares". Roca, por su parte, data de 1884, cuando el propietario de gran parte de aquellas tierras, Vicent Roca, construyó una casa de campo y una capilla alrededor de las cuales se fueron añadiendo más casos con el paso del tiempo.

Vista aérea de la salida (Ana Mestres)
Y es que el martes, Nou d'octubre, la preparación de la MDP me llevaba hasta Meliana donde se disputaba su ya vigésimo octava edición de su Volta a Peu. Aunque en el momento en que me inscribí el objetivo era intentar rodar durante esos diez kilómetros en ritmos algo más rápidos que los que deben guiar mis pasos durante las más de tres horas de la maratón, la presencia del compañero Vicente (Rocafort Running) me hizo cambiar mi idea inicial y salir a intentar que aquél bajase de los cuarenta y cinco minutos. Tampoco me hubiera venido mal, creo yo, rodar a 4.30 durante ese tiempo para convencerme de que en estos momentos me encuentro capacitado para ello (algo de lo que, debo confesar, estoy convencido a pesar de que hay indicios que me hagan dudar en ocasiones). El caso es que en compañía de Rubén nos dirigimos a Meliana, recogimos los dorsales y enseguida nos encontramos con Vicente con quien compartí el calentamiento previo a la carrera, calentamiento durante el que pude saludar al incombustible Danny Berunner, y al alma mater del 42yPico, Gustavo, colaboradores del evento. Ubicados en la salida un poco más atrás de lo que hubiera sido adecuado, una vez se dio el pistoletazo de salida nos tocó "rebasar" a gente que, y lo he dicho más veces, no sé cómo se atreven a ponerse tan adelante. El caso es que entre unas cosas y otras, entre tener que dar cuenta de esta gente y la propia inercia de la salida que siempre acaba empujándote, creo que empezamos demasiado rápido y al final lo pagamos. Empecemos reconociendo que ya en el calentamiento, pese a no decir nada, los mensajes que me mandaban las piernas no eran del todo tranquilizadores. El cansancio de la carga acumulada estaba ahí y eso, en mi actual situación de escasa fortaleza mental, no era un buen presagio. A pesar de ello, primer kilómetro de callejeo por el pueblo en 4.25 y segundo kilómetro, todavía de callejeo en su mayor parte pero que ya nos sacaba hacia la zona de los barrios en 4.26. En este momento, y aprovechando algún que otro repechillo que aparecía en el perfil, conseguimos bajar el ritmo para completar el tercer kilómetro en 4.41. Pero aquí acabó todo; kilómetro cuatro en 4.51 y kilómetro cinco en 5.01 (momento éste en el que ya le di "permiso" a Vicente para marcharse en solitario) pero en los que a pesar de intentar poner un ritmo más vivo las piernas no daban más de sí. A nivel de caja todo iba fenomenal pero el ritmo no salía y el cansancio en las piernas iba tornando en "dolor".

Entrada en meta
A la vista de ello, decidí que mi afán competitivo había acabado y que desde ese momento me limitaría a acabar la carrera; buena prueba de ello lo tenéis en el enlace al GarminConnect donde se refleja claramente, por un lado, ritmos de 5.14, 5.45, 5.39 y 5.20 para los kilómetros del seis al nueve, y por otro, en la gráfica todas las paradas a caminar con las que fui salpicando mi devenir por Meliana. Y el caso es que llegado al nueve, imagino que fruto de un ataque de vergüenza torera, decidí que ya estaba bien y que había que acabar con dignidad, esto es por debajo de los cincuenta minutos, así que me armé de valor, aceleré el ritmo hasta allá donde las piernas me dejaron y acabé este último tramo a 4.48 a pesar de no esprintar en el final. Aquí tenemos una nueva muestra de mi "debilidad mental" porque acabé a nivel pulsaciones fresco de verdad pero la cabeza no pudo con esas malas sensaciones y me arrastró a unas prestaciones desalentadoras. En fin, es lo que hay. Al final tampoco Vicente fue capaz de bajar de cuarenta y cinco (ánimo que lo tienes ahí, seguro) así que el día fue poco propicio.
Bien, intentaré quedarme con lo positivo de este periodo que es esa carga de trabajo que seguro que va dejando poso y que saldrá pronto en forma de buenos resultados aunque insisto en que todo se complica por esos aspectos colaterales que, en cierta manera, no permiten que los entrenamientos se asimilen tan bien como uno quisiera. Ya se sabe, preocupaciones, poco (y malo) descanso, .... Bueno, seguiremos entrenando tan bien como podamos y el domingo nos daremos un garbeo por el Gran Fondo de Paterna donde seguro que las piernas seguirán quejándose pero donde intentaré que en esa ocasión podamos vencer a la mente y rodar en ritmos que me permitan seguir albergando esperanzas de cara a la MDP. Mientras, os dejo los habituales enlaces a los datos en Garmin y WIkiloc.


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