sábado, 30 de junio de 2012

Después de Benassal... a soltar piernas por Godella. X Carrera Popular Godella-Rocafort


Imagen de la carrera, con la ermita de El Salvador de fondo

Como ya he puesto de manifiesto en la anterior entrada de este blog, esa que me trasladaba a tierras de l'Alt Maestrat a disputar la Carrera de Montaña de Benassal, para la misma tarde del sábado las previsiones me llevaban a Godella a disfrutar, que no disputar, de la Carrera Popular de Godella-Rocafort. Desde hace ya algún tiempo de manera ocasional salgo a entrenar con la maravillosa gente del Club Rocafort Running, colaboradores necesarios para la disputa de esta carrera y, además, en muchas ocasiones las salidas transcurren por los mismos parajes que esta carrera. De hecho, hace un mes aproximadamente el entreno consistió precisamente en dar buena cuenta, y de paso conocer, del recorrido de la carrera del sábado. Con estos antecedentes se me hacía difícil rechazar la posibilidad de formar parte de los casi seiscientos esforzados que iban a tomar parte de la misma así que pese a la previsible paliza de la mañana poco después de una reparadora siesta por tierras de Benicàssim cogía el coche e iniciaba el camino hacia Valencia para recoger a Rubén y juntos afrontar los doce mil metros que nos esperaban para última hora de la tarde.
La llegada a Valencia fue desoladora; desde el viernes a primeras horas de la mañana no había estado por allí y encontrarme ese cielo plomizo por el humo de los incendios y una fina "lluvia" de ceniza no fue precisamente agradable. No me cansaré de repetir que basta ya de imprudencias que esquilman nuestra riqueza forestal y que las penas para este tipo de actuaciones deberían ser ejemplares, algo que de momento no ocurre.
Un momento de la salida con Rubén en el centro,
de negro justo detrás de mi
Una vez recogido Rubén nos dirigimos al Polideportivo de Godella, lugar donde se ubicaba la salida de la prueba y, una vez recogidos los dorsales, nos aprestamos a esperar la hora de salida sin ningún tipo de presión más allá de la "responsabilidad" de disfrutar de la carrera y de acabarla de la mejor manera posible, sin agobios ni objetivos de tiempo por delante. Y así, después de haber disfrutado de los momentos y del ambiente previo a la carrera, a la hora prevista, traca y a correr. La salida la hice de manera muy tranquila, intentando comprobar el estado de mis piernas después del esfuerzo de la mañana y así fuimos afrontando los primeros metros de la carrera. Una carrera, por otra parte, que ya sabía iba a ser dura y complicada, al menos hasta mitad de la misma y en el tramo final. Los dos primeros kilómetros fueron más o menos tranquilos, con un perfil algo engañoso porque parecía picar hacia a bajo pero luego no era exactamente así. De esta manera, una vez alcanzada de nuevo la zona de salida, nos dirigíamos en dirección contraria a iniciar el tramo complicado que se iniciaba con una subida hasta la Ermita de El Salvador de Godella, un repecho realmente significativo. Para entonces ya había transitado por el kilómetro tres, con un parcial de 5.10 el kilómetro y mejores piernas de lo esperado.

Ermita de El Salvador
Actualmente con categoría de parroquia, la Ermita de El Salvador se alza sobre una plataforma a la que se accede por una amplia escalinata en una pequeña colina en la zona residencial de la población. Fue construida entre 1720 y 1730 por iniciativa del vicario de Godella Joseph Estellés, sobre los restos de una capilla anterior medieval, documentada desde 1428. Se trata de un edificio amplio y exento, que sigue el gusto barroco e incluye actualmente dependencias para las actividades parroquiales. Está rodeado por una pequeña zona de pinada con los casalicios del Vía Crucis con paneles cerámicos. Este Calvario se habilitó en la postguerra, ya que antes de que la zona se urbanizara las estaciones se disponían en el camino de subida a la ermita. La parte inferior de su amplia fachada es un porche con cinco arcos, adición del siglo XIX, siendo mayores los tres centrales, y sobre todos ellos, sendas ventanas que corresponden a vivienda. Sobre el arco central hay un pequeño retablo cerámico en nicho con la imagen del Salvador de Godella. La fachada, por encima del alero del tejado, remata en una gran espadaña con campana única, reloj de sol con la fecha de 1958 y adornos de bolas de piedra. El testero sobresale al exterior con ábside semihexagonal con vidriera rectangular y cubierta independiente a tres aguas. El interior presenta nave central con capillas laterales dividida en tres tramos y cubierta por bóveda de medio cañón. A los pies tiene coro sostenido por arco rebajado con la fecha de 1730. El altar está presidido por una talla del Salvador. En las paredes laterales existen diversos cuadros, pinturas modernas copias de clásicos.

Mi entrada en meta, con buena cara...
Sobrepasada la ermita de El Salvador, el recorrido seguía marcando un perfil claramente ascendente, algo que se iba a mantener hasta mitad de carrera. Con las precauciones antes mencionadas, y pese a que las sensaciones eran bastante buenas, me tomé esta parte de la carrera con mucha prudencia pese a lo cual iba adelantando corredores de manera continuada. La verdad es que con la carga de la mañana el perfil se empezaba a dejar sentir pero aún así la cabeza estaba bastante entera e iba manteniendo un ritmo muy cómodo que me llevó hasta el kilómetro séis, prácticamente al final del tramo de subida, a ritmos  por debajo de 5.30. A partir de ahí llegaba un tramo bastante importante en el que el perfil cambiaba y, como todo lo que sube, empezaba a marcar un descenso no muy pronunciado pero sí persistente. Pese a ello en mi mente seguía instalado el modo "amarrategui", sobre todo porque era consciente de que el final, ya de por sí duro, en mi situación podía atragantarse mucho si no reservaba fuerzas para entonces. El caso que a ritmos cercanos a los 5.00 el kilómetro cubrí el tercer parcial, preparándome para dar buena cuenta de la subida final que me aguardaba allá por el kilómetro diez y medio. Entre el ocho, lugar donde se ubicaba el segundo avituallamiento y donde ya se apostaban muchos conocidos del Rocafort Running, hasta el diez el poder ver y saludar a gente con la que he compartido algunos entrenamientos me daba la fuerza suficiente para mantener el ritmo previsto. Sin embargo pronto llegó el inicio del último repecho, más suave al inicio pero durillo a partir de la mitad del mismo y mentalmente me hundí ligeramente lo que me llevó de manera inconsciente a bajar ligeramente el ritmo y, con ello, asegurar el llegar al final en condiciones adecuadas. Y así fue, alcanzado el final del repecho, después de un giro a la izquierda, nos encontramos con la recta de llegada, cuatrocientos metros en descenso en los que poco a poco me animé y acabé, sin esprintar, con un ritmo muy bueno, finalizando la carrera pletórico de fuerzas para lo que uno esperaba, en un tiempo algo superior al 1.04 para los lago más de doce kilómetros de recorrido (una media de 5.20 el kilómetro que no es para tirar cohetes pero que colmaba de largo la mejor de mis expectativas).

... i la del veí, a fosques peró satisfet
A partir de ese momento, sorpresa en meta al encontrarme a una representación de las Pinazo, más sorprendido que yo si cabe y un ratito de charla con ellas y ellos a la espera de la entrada en meta de Rubén, que esperaba para la hora y media de carrera y que al final se produjo un poquito por encima del 1.28. Buenas prestaciones las de Rubén para lo que era la carrera y el poco volumen de entrenamiento que lleva a pesar del cuidado con el que le lleva su personal trainer (je,je). Y poco después cogíamos el coche y nos volvíamos a Benicàssim donde nos esperaban las Maris (Monique y Claire) con los churumbeles para pasar un domingo que se esperaba playero pero que el tiempo torció. Al final puedo decir que me llevo buen recuerdo de mi paso por las calles de Godella/Rocafort, con un buen balance de la carrera y una buena organización de la misma, aunque sigo pensando que para estas éopcas del año no estaría mal que en los avituallamientos hubiera algo más que agua. Otra que queda anotada con alta probabilidad de repetir en años venideros. Os dejo los habituales enlaces....


Perfil de la prueba en Wikiloc
Y la semana que viene, si no pasa nada, Chulilla y el Bartolo

3 comentarios:

Jose dijo...

Hola Tinyo
Una de cal y otra de arena, el tema es que siempre tengas donde ir, da igual calor que frio a seguir corriendo...

Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP

Trapatroles dijo...

Corrí la carrera de Godella Rocafort y es una rompepiernas, al menos hace años. Saludos

Tinyo dijo...

Jose, ya ves, al final hay que hacer aquello con lo que uno disfruta.

Ramón, te aseguro que ahora es igual de rompepiernas y más larga que entonces. De todas formas ésta la tengo que correr en serio porque me va muy bien para mis características.

Gracias a los dos por la visita. Un abrazo